Al igual que cada año, el verano regresa, trayendo consigo días de playa, y muchas personas suelen disfrutar de largas caminatas, especialmente a lo largo de la costa, para sentir la arena y el agua. Realizar ejercicio mientras vamos caminando por la playa y disfrutamos del sonido de las olas y del sol ofrece una gran variedad de beneficios para nuestra salud. No obstante, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Podología de la Comunidad de Madrid advierten que no debemos excedernos en esta actividad. La ausencia de calzado adecuado incrementa el riesgo de lesiones y el esfuerzo adicional de nuestros músculos puede resultar en daños. Caminar en la playa puede permitirnos quemar hasta un 50% más de calorías. Para quien decida hacerlo, se sugiere optar por las áreas donde la arena es más firme y estable. En estas se experimenta menos hundimiento del pie, lo que reduce la tensión muscular y la inestabilidad. Sin embargo, cabe destacar que las playas no son completamente llanas, sino que presentan inclinaciones. Al caminar en estas condiciones, nuestro equilibrio se ve afectado, forzando las articulaciones y haciendo que carguemos más peso sobre una pierna y flexionemos los tobillos. Debido a esto, es aconsejable limitar el tiempo de paseo. Desde el GCCOP, sugieren un tiempo de entre 15 y 20 minutos para cada caminata.
¿De qué manera beneficia a la salud?
Incorporar caminar como parte de nuestra rutina diaria es fundamental, y durante el verano, caminar por la playa resulta notoriamente relajante y beneficioso. El sonido del mar y la vista del horizonte mientras caminamos contribuyen a que nuestra mente se mantenga activa. También alcanzaremos el tan necesario relax durante las vacaciones. Por esta razón, es especialmente recomendable caminar sobre la arena cuando no hay un gran número de personas. Las horas del amanecer y del atardecer son momentos ideales para disfrutar de la playa con menos concurrencia, y lo mismo ocurre en la noche.

Beneficios de caminar en la playa:
Quema hasta un 50% mas de calorías caminando en la playa: la arena exige un mayor derroche de energía, dado que el esfuerzo requerido al levantar los pies es considerablemente más elevado. Caminar por la playa involucra toda la musculatura de las piernas: gemelos, sóleos, tobillos y cuádriceps. Como resultado, es posible quemar hasta un 50% más de calorías sin que apenas se perciba, y de hecho, es probable que ni siquiera se llegue a transpirar.
Fortalecer la musculatura y los huesos: al levantar el pie de la arena, se realiza un esfuerzo físico adicional que refuerza tanto los músculos como las articulaciones y los tendones de pies y tobillos. Pasar tiempo caminando por la playa resulta menos impactante para las articulaciones gracias a la suavidad de la arena. Esto ayuda a prevenir lesiones y a mejorar la fuerza. La exposición a la luz solar promueve la absorción de vitamina D, sustancia esencial que permite al organismo asimilar y sintetizar el calcio, lo cual es clave para mantener nuestros huesos fuertes y saludables.
Activar la circulación sanguínea: caminar a lo largo de la orilla estimula el sistema circulatorio, incrementando el flujo de sangre. Esta actividad es especialmente beneficiosa para quienes padecen de varices, hinchazón en los tobillos o edemas en las extremidades inferiores.
Reducir el estrés y elevar el estado de ánimo: participar en actividades al aire libre junto al mar contribuye a la relajación, mejorando así la salud mental y la autoestima. Al inhalar aire puro, se fomenta una mejor oxigenación cerebral, lo cual potencia la creatividad. Además, se ha comprobado que estar en entornos naturales disminuye la presión arterial y los niveles de cortisol.
Exfoliación natural: la arena de la playa actúa como uno de los exfoliantes más efectivos que se encuentran en la naturaleza. Su textura granulada es ideal para eliminar células muertas de la piel. La capacidad exfoliante de la arena, junto a la sal marina, ayuda a suavizar y dar elasticidad a la piel, eliminando impurezas y manteniéndola tersa y suave.
Consejos y recomendaciones. Es preferible caminar descalzo solo distancias cortas, especialmente para quienes están iniciando. Aumentar el tiempo de caminata gradualmente a medida que los músculos se adaptan. Recorridos demasiado largos pueden provocar calambres en las piernas, así como dolor en los músculos y tendones del pie.
Es esencial protegerse adecuadamente con bloqueador solar, incluyendo los pies, especialmente al caminar durante las horas más calurosas.
Siempre es recomendable llevar una botella con agua para mantenerse hidratado.
Caminar en ambas direcciones de la playa. La inclinación de la orilla puede causar desequilibrio en el cuerpo, lo que podría resultar en tensiones y lesiones. Se debe buscar equilibrar el trabajo entre ambas piernas.