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¿Cómo distinguir entre un resfriado y una alergia?

¿Cómo distinguir entre un resfriado y una alergia? Aspectos clave para diferenciarlos. Tos, secreción nasal, congestión, dificultad respiratoria, lagrimeo ocular y malestar general son síntomas que pueden presentarse en ambas afecciones. No obstante, las etiologías subyacentes que las ocasionan, ya sea un alérgeno o un virus, son notablemente diferentes. De acuerdo con la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, las enfermedades alérgicas provocadas por pólenes afectan a más de ocho millones de individuos en España. Esto provoca que algunas personas encuentren difícil discernir si el malestar que experimentan se debe a un resfriado común o a una alergia, especialmente en aquellos casos en los que no han experimentado la alergia previamente.

Métodos para distinguir entre una alergia y un resfriado común.

Aunque en ocasiones puede resultar fácil confundir las alergias con los resfriados y viceversa, es pertinente reconocer que son condiciones médicas fundamentalmente diferentes, por lo que es esencial aprender a diferenciarlas, ya que el tratamiento que requieren también varía.

Los resfriados son infecciones virales que afectan el tracto respiratorio superior, lo que implica que comprometen tanto la nariz como la garganta. La duración típica de un resfriado oscila entre una semana y diez días, y por lo general, no requiere intervención médica; no obstante, siempre es aconsejable consultar a un especialista si los síntomas no presentan mejoría transcurrido ese periodo.

Las alergias, en cambio, se manifiestan cuando el organismo presenta una respuesta ante una sustancia específica. El sistema inmunológico de las personas alérgicas genera anticuerpos que identifican un alérgeno como nocivo, incluso en situaciones donde esa sustancia no causa reacción adversa en la mayoría de la población. Al entrar en contacto con dicho alérgeno, pueden surgir inflamaciones en la piel, los senos paranasales, las vías respiratorias o el sistema digestivo. Los síntomas iniciales suelen aparecer entre dos y tres días post-exposición, siendo los más comunes la congestión, tos, estornudos, dolor de garganta, leve cefalea, dolores corporales, fiebre baja y un estado general de malestar.

Las reacciones alérgicas pueden variar en intensidad, desde leves hasta graves, llegando en ciertos casos a amenazar la vida. Diferentes tipos de alergias generan síntomas distintos; por ejemplo, una alergia alimentaria no se manifiesta de la misma manera que una causada por la picadura de un insecto. Generalmente, son las alergias estacionales las que pueden ser erróneamente percibidas como un resfriado.

Aspectos clave para diferenciar una alergia de un resfriado.

No siempre resulta fácil aprender a distinguir entre los diferentes tipos de afecciones, sin embargo, la estación del año frecuentemente puede proporcionar indicios que inclinen hacia una u otra opción. Generalmente, los resfriados comunes son más prevalentes en los meses de otoño e invierno, aunque pueden presentarse a lo largo de todo el año. Por otro lado, las alergias estacionales tienden a ser más comunes entre los meses de abril y junio, durante la primavera.

Los síntomas más frecuentes asociados con las alergias incluyen ojos llorosos o irritados, picazón en la nariz, los ojos y el paladar, secreción nasal y congestión, así como estornudos. Es importante señalar que estos síntomas son bastante similares, lo que exige atención a ciertos detalles, como la duración de los síntomas, que puede alcanzar hasta diez días en el caso de un resfriado y aproximadamente seis semanas si se trata de una alergia.

De acuerdo con la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, las enfermedades alérgicas causadas por pólenes afectan a más de ocho millones de personas en España. Este hecho puede dificultar que algunas personas determinen si el malestar que experimentan se debe a un resfriado común o es el resultado de una alergia, especialmente si nunca antes habían experimentado la condición alérgica.

Las alergias se manifiestan cuando el organismo reacciona frente a una sustancia determinada; el sistema inmunológico de las personas afectadas genera anticuerpos que reconocen un alérgeno como nocivo, incluso en situaciones donde esa sustancia no resulta dañina y no provoca reacción en la mayoría de la población. Al entrar en contacto con dicho alérgeno, pueden presentarse inflamaciones en la piel, los senos paranasales, las vías respiratorias o el sistema digestivo.

Aunque en ciertas ocasiones puede resultar sencillo confundir las alergias con los resfriados comunes y viceversa, es fundamental reconocer que estas son enfermedades muy distintas, por lo que es aconsejable aprender a diferenciarlas, dado que el tratamiento requerido también varía.

Los resfriados son infecciones virales que afectan al tracto respiratorio superior, es decir, involucran la nariz y la garganta. Suelen tardar entre una semana y diez días en resolverse y, por lo general, no requieren intervención médica, aunque es aconsejable consultar con un especialista si los síntomas no mejoran después de dicho lapso.

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Los síntomas iniciales suelen manifestarse entre dos y tres días después de la exposición, siendo los más comunes la congestión nasal, la tos, los estornudos, el dolor de garganta, un leve dolor de cabeza o molestias corporales, fiebre baja y malestar general.

Las reacciones alérgicas pueden variar en severidad, abarcando desde formas leves hasta situaciones potencialmente mortales. Diferentes tipos de alergias desencadenan distintos síntomas; por ejemplo, una alergia alimentaria no presenta las mismas características que una provocada por la picadura de un insecto. En general, las alergias estacionales son las que suelen confundirse con un resfriado común.

Claves para diferenciar una alergia de un resfriado

No resulta siempre sencillo discernir entre una alergia y un resfriado, aunque la estación del año puede ofrecer indicios que faciliten esta distinción. Por lo general, los resfriados son más frecuentes durante las temporadas de otoño e invierno, aunque pueden ocurrir en cualquier época del año. Por otro lado, las alergias estacionales tienden a ser más comunes entre los meses de abril y junio, en la primavera.

Los síntomas más característicos de las alergias incluyen ojos llorosos o irritados, picazón en la nariz, en los ojos y en el paladar, así como secreción nasal y estornudos. Si bien estos síntomas son bastante similares, es importante observar ciertos detalles, como la duración de los mismos: hasta diez días en el caso de un resfriado y aproximadamente seis semanas si se trata de una alergia.

En el caso de la alergia, el dolor de garganta es poco frecuente y rara vez se experimentan tos o fatiga. Tampoco genera dolores generales ni fiebre. En contraste, en un resfriado, la picazón en los ojos es poco común, aunque puede presentarse en alergias, y la fiebre es un síntoma que se puede observar.

¿Cómo es el moco de la alergia?

Un indicador que puede ser útil para determinar si se enfrenta a una alergia o a un resfriado es la característica de la secreción nasal. En los resfriados, la secreción puede comenzar siendo clara y, a medida que avanza la enfermedad, volverse más espesa, adquiriendo un color amarillo o verdoso. En el caso de una alergia, la secreción es líquida, clara y transparente. En cualquier situación de incertidumbre, lo más recomendable es consultar a expertos, quienes no solo podrán ayudarnos a identificar la afección, sino que también podrán prescribir el tratamiento adecuado para aliviar los síntomas y hacer el proceso más tolerable.