Polillas. Cinco consejos para mantenerlas alejadas de nuestros hogares
La vigilancia, la limpieza y la prevención son nuestras mejores opciones para impedir que lo que comienza como una simple molestia nocturna se convierta en una verdadera infestación. Recientemente, numerosos hogares en toda España han sido testigos de un fenómeno inusual, pero cada vez más común. Millones de usuarios han inundado las plataformas sociales con imágenes y vídeos de polillas volando por techos, lámparas, paredes y despensas. La razón de su aparición ha suscitado inquietud y ha dejado a muchos con interrogantes. ¿Por qué este año hay tantas polillas? ¿Es posible prevenir su llegada? ¿Cómo podemos mantenerlas fuera de nuestras casas?
Aunque no representan un peligro para la salud, su crecimiento desmedido puede ocasionar daños materiales, especialmente en alimentos y textiles. Comprender las causas de este incremento es crucial para contrarrestarlo.
Una presencia que se repite año tras año
La magnitud de este fenómeno puede variar, pero cada primavera y verano las polillas hacen acto de presencia, y parece que, debido al cambio climático, estos eventos sean más frecuentes. Las condiciones climáticas extremas, los inviernos templados y la acumulación de alimentos en espacios cerrados han creado un ambiente propicio para que estos insectos se reproduzcan en mayor número.
Lo fundamental es no permitir que la situación se agrave. La limpieza, la vigilancia y la prevención son vitales para evitar que una simple incomodidad nocturna se convierta en un problema serio.
Con algunos hábitos sencillos y una atención regular, es posible mantener las polillas lejos del hogar y así proteger nuestros alimentos y prendas queridas. El aumento de polillas observado en gran parte del país se debe a un cóctel de factores ambientales. Entre ellos, el más significativo ha sido una primavera inusualmente cálida y húmeda, sobre todo en los meses de abril y mayo. Las altas temperaturas, junto con la abundante vegetación estacional y la falta de lluvias prolongadas, han creado las condiciones ideales para su reproducción.
Adicionalmente, la vida urbana y las casas modernas les ofrecen múltiples refugios y abundante alimento. Dentro de los hogares, las polillas encuentran tejidos naturales, cereales mal guardados o restos de comida, lo que facilita su supervivencia. Como un plus, la constante iluminación nocturna actúa como un atractivo para estos insectos, que se ven atraídos hacia las bombillas encendidas cerca de ventanas o balcones.

Polillas de ropa y de despensa
A pesar de la existencia de diversos tipos de polillas, hay dos que son las más comunes en los hogares. Estas dos variedades pueden crecer de manera silenciosa durante semanas y expandirse sin que los residentes de la casa se percaten, hasta que la cantidad de individuos adultos se vuelve notable.
La primera especie es conocida como la polilla de la ropa, que tiende a esconderse en armarios y cajones. Esta polilla se siente atraída por ciertos tejidos como la lana, el algodón, el lino y la seda. Aunque su vuelo no suele ser frecuente, es realmente molesta, porque coloca sus huevos en las prendas. Por ello, a veces se pueden encontrar algunas ropas en el armario con agujeros. Las larvas, al alimentarse, causan esos típicos desperfectos en la tela.
En segundo lugar está la polilla de la despensa, la más activa y fácil de ver, que invade los armarios de la cocina, especialmente en paquetes de harina, arroz, cereales, frutos secos y legumbres. A menudo, pasa desapercibida hasta que se observan pequeños gusanos o mariposas volando cerca de los alimentos.
Cómo evitar su aparición
Evitar la entrada y propagación de polillas en el hogar no implica medidas drásticas, pero sí demanda un esfuerzo continuo. La clave es dificultar su acceso, eliminar posibles fuentes de alimento y reducir las condiciones que favorecen su proliferación.
Cierra adecuadamente puertas y ventanas durante la noche: las polillas adultas vuelan mayormente en la oscuridad y son atraídas por la luz. Las ventanas abiertas con luces encendidas se convierten en una entrada directa. Utilizar mosquiteras o mantener la luz interior baja puede ayudar a disminuir las visitas no deseadas.
Ventila y haz limpieza de armarios con frecuencia: la ropa que ha estado guardada por meses, especialmente aquella que rara vez se utiliza, puede atraer a estas polillas. Es recomendable sacudir, airear y revisar las prendas almacenadas, en especial las hechas de fibras naturales. Además, aspirar los rincones y las alfombras puede ayudar a eliminar posibles huevos o larvas que no sean visibles.
Revisa los alimentos secos: lamentablemente, cualquier paquete abierto en la despensa se convierte en el refugio ideal para estas molestosas criaturas. Guardar cereales, harinas y legumbres en frascos herméticos resulta ser una de las estrategias más eficaces. También es recomendable limpiar regularmente los estantes y desechar productos vencidos.
Utiliza elementos naturales como repelentes: la lavanda seca, el laurel, el vinagre y las cáscaras de limón emiten olores desagradables para las polillas. Colocar pequeñas bolsitas con estos ingredientes en armarios y cajones puede actuar como una barrera disuasoria.
Congelar ropa o alimentos sospechosos: si se encuentra una prenda con indicios de larvas o un alimento que podría estar contaminado, colóquela en una bolsa y guárdela en el congelador por un periodo de 48 horas. Las temperaturas frías acabarán con los huevos y las larvas sin necesidad de recurrir a productos químicos.
Qué hacer si ya han establecido su presencia
Cuando las polillas han invadido y se han multiplicado, la eliminación completa puede ser más complicada. Sin embargo, es posible detener su reproducción si se actúa con prontitud.
El primer paso consiste en identificar su fuente. Para las polillas de despensa, es importante revisar todos los paquetes, incluso aquellos que a simple vista parecen sellados. Si se hallan larvas o restos, deséchalos de inmediato.
En cuanto a las que dañan las prendas, se recomienda retirar todas las piezas del armario, examinarlas una a una, limpiar a fondo con la aspiradora y lavar cualquier cosa que haya estado en contacto. Si el número de polillas se vuelve problemático, podría ser beneficioso utilizar trampas adhesivas específicas.